" (...) Exilio, por lo tanto, es un estado de ánimo, una cierta urgencia que sube por la boca del estómago y se resuelve en la garganta. Un afán por tirar una botella al mar. Por tratar, si se puede, de poner algunas cartas sobre la mesa..."

sábado, 4 de setiembre de 2010

Año 1. No 2.



Un tiro a mi palabra
José María Rentería


Tal vez en otra tierra me consideren vital.
Yo siempre miraré hacia atrás
y mis lágrimas siempre se secarán solas.
Seguiré lijando cada día tus normas
hasta que la savia revele su forma original.
Sólo entonces mi gravedad ya no tendrá lugar.
Por eso escúchenme, hermanos.
Escuchen.
Digo que descendí a la caverna
y fatalmente nada era Padre ni Hijo.
Entonces pensé que había muerto,
pero aquí no estoy.
Supongo que estoy vivo.
No digo muerto en vida,
sino en vida y muriendo.
Aunque como saben, yo no elegí.
Esta vez no he soñado elefantes negros,
sino dientes caídos a tempo allegro.
Y no me reprochen si he estado ausente,
que hoy he vuelto
aunque no sea el mismo.
Aunque en la profundidad de un ojo tenga mucha pena,
y en la profundidad del otro, mucha pena.
Y aunque ambas penetren más bajo todavía.
Porque todo lo que aprendí en la vida
nunca más me volvió a servir.
Porque me di cuenta muy tarde
que todo lo que cabe en una definición
es terriblemente miserable.
Y porque hasta ahora mi vida
es un callejón con salida,
pero en fin de cuentas callejón.
El silencio dio de nuevo un tiro a mi palabra.




Sin reproches
José María Rentería